La hipoacusia congénita es la pérdida auditiva que se presenta en el momento del nacimiento. Es una enfermedad que se estima tiene una mayor prevalencia que el Síndrome de Down o la Parálisis Cerebral Infantil, con una incidencia de 1 a 3 niños por cada 1.000 recién nacidos vivos, y de los cuales más del 50% se dan por causas genéticas.
La sordera o hipoacusia congénita es considerada una discapacidad invisible debido a que la falta de diagnóstico temprano y su tratamiento provocan graves consecuencias en el desarrollo integral de los infantes a nivel auditivo, pero también social. Casi el 60% de la pérdida de audición en los niños se podría evitar con medidas de prevención.
El Tamiz Auditivo Neonatal (TAN) es una evaluación vital que debe realizarse a todos los recién nacidos entre el segundo y quinto día de vida o a más tardar antes de cumplir 30 días, para conocer el estado de la audición del bebé y en caso necesario tomar las medidas que permitan iniciar el tratamiento adecuado a partir de los 6 meses de vida.
La prueba analiza la sangre tomada del talón del bebé y detecta la presencia de hipoacusia congénita o sordera, de ahí la importancia de que madres y padres exijan el TAN, ya que a esa edad el cerebro de los neonatos requiere de la estimulación auditiva para iniciar la interacción con su entorno y en el mediano plazo desarrollar sus habilidades lingüísticas y sociales.
“Es indispensable realizar el Tamiz Auditivo Neonatal. Un diagnóstico oportuno nos lleva a tratamientos adecuados como el implante coclear y las terapias de rehabilitación especializada. En ocasiones creemos que la respuesta de los infantes a ciertos ruidos es indicador de que están bien, sin embargo, los bebés con sordera o hipoacusia perciben algunos sonidos, pero no oyen lo suficiente como para entender y aprender el lenguaje”, asegura Jimena Atuán, Clinical Support de MED-EL en México..
Si un bebé “no pasa” la prueba del TAN se recomienda acercarse a especialistas en pediatría y audiología para tener acceso a estudios adicionales y el tratamiento adecuado para dar solución a su padecimiento, y con ello logre desarrollar su lenguaje y se adapte al entorno familiar y social.
Según datos de la Organización Mundial de la Salud, 466 millones de personas en el mundo padecen pérdida de audición discapacitante, de las cuales 34 millones son infantes.
Muchos de estos niños y adultos se enfrentan a incomodidades sociales por pena o vergüenza de reconocer que son sordos, aunado a ello, el estigma que, en sí mismo, genera juicios e ideas erróneas de quienes tienen hipoacusia y los obliga a tener un bajo perfil o mantener en secreto sus problemas auditivos, lo que les impide comunicarse e interactuar con otros seres humanos.
“Desde MED-EL exhortamos a las mamás y futuras mamás a conocer más sobre el Tamiz Auditivo Neonatal, a atender y cuidar el sentido del oído de nuestros hijos desde el momento en que nacen para intervenir de manera oportuna en el desarrollo auditivo y del lenguaje”, finalizó Jimena Atuán.