En el Mes Internacional de las Personas Mayores, hay que llamar la atención sobre la importancia de la salud auditiva de este grupo poblacional.
El paso del tiempo trae consigo una consecuencia inevitable: la disminución en el funcionamiento de los sentidos, uno de ellos, el de la audición. Por ello, son las personas adultas mayores, es decir, quienes tienen 60 años o más, la población principal a la hora de hacer una detección temprana de pérdida auditiva y de paso, tomar los correctivos que sean necesarios en relación a la salud auditiva.
Según el Departamento Administrativo Nacional de Estadística de Colombia (Dane), el 4,07% de la población del país reporta tener algún tipo de discapacidad, de los cuales el 14% son adultos mayores (unas 818.814 personas).
Según la directora clínica de MED-EL para la Zona Norte de América Latina, Andrea Bravo, el paso del tiempo, pero también el mayor uso de dispositivos tecnológicos por cuenta de la pandemia, está llevando a acelerar estos procesos de pérdida auditiva con mucha más antelación.
“Vivimos en un mundo completamente ruidoso y adicionalmente los hábitos que hoy tenemos, más el paso del tiempo, hacen que se afecte nuestra audición. Por eso es importante hacerse una audiometría cada año para saber qué tanto estamos escuchando y detectar a tiempo una posible pérdida auditiva, todo esto con miras a buscar las soluciones auditivas ideales para evitar desconectarnos del mundo sonoro”, comenta Bravo.
Además, señala que ya existen tecnologías auditivas que permiten, por ejemplo, que los pacientes puedan usar implantes cocleares y acudir sin ningún problema a hacerse una resonancia magnética: un examen que a menudo piden los médicos para analizar los órganos de los pacientes y su salud auditiva.
Datos a nivel global sobre la salud auditiva
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), más del 25% de las personas mayores de 60 años se ven afectadas por una discapacidad auditiva y esta cifra aumenta a más del 46% a los 80 años.
A medida que el mundo envejece, la proporción de personas con el sufrimiento de la pérdida auditiva también aumentará. En 2050, la OMS prevé que 700 millones de personas en todo el mundo vivirán con una pérdida auditiva severamente restrictiva.
Las razones de la pérdida auditiva en personas mayores
La pérdida de audición relacionada con la edad por lo regular es consecuencia de dificultades auditivas progresivas en el oído interno, que a menudo se consideran una parte inevitable del envejecimiento.
Además, las enfermedades típicas relacionadas con la edad, como los problemas cardiovasculares, la diabetes, la hipertensión arterial y la arteriosclerosis, también dañan la audición. El ruido fuerte tiene un efecto perjudicial en la audición a lo largo de la vida, por ejemplo, el ruido del tráfico y las máquinas o la música alta. Los afectados pueden sentirse cada vez más restringidos en su vida cotidiana.
“Si bien son las personas adultas mayores unas de las más propensas, no hay que olvidar que podemos nacer con la pérdida auditiva, perder la audición por un ruido fuerte o por exposición continua y a altos decibeles (más de 60) en aparatos tecnológicos. Puede suceder en cualquier etapa de la vida”, afirma Bravo, tras destacar que situaciones como los acúfenos o pitidos no siempre se presentan por un problema de salud auditiva sino por otro tipo de problemáticas”, comenta.
Señales de pérdida
Los signos típicos de pérdida auditiva en adultos incluyen:
- Aumentar el volumen de las fuentes de sonido cotidianas, como la televisión, la radio o el sistema de música.
- Pedir a las personas que se repitan durante las conversaciones,
- Tener problemas para hacer llamadas telefónicas,
- Evitar socializar y discusiones grupales si ya no pueden seguir las conversaciones porque las voces y el ruido de fondo se confunden.
Para la mayoría de las personas, los problemas en la salud auditiva comienzan a la edad de 50 o 60 años. Sin embargo, los adultos con pérdida auditiva esperan un promedio de 10 años antes de buscar ayuda o decidir usar audífonos o implantes. Incluso aquellos que inician un diagnóstico con frecuencia no llegan hasta el final.
La importancia de los implantes auditivos.
Muchos de los adultos mayores prefieren evitar situaciones en las que luchan debido a su discapacidad auditiva en lugar de contar con tecnología auditiva. Temen el rechazo social, pero los estudios muestran que las personas que viven con pérdida auditiva no tratada experimentan más estigmatización que quienes usan un implante auditivo.
“Después de todo, no son los implantes coleares, por ejemplo, o los audífonos los que están estigmatizados, sino la propia discapacidad auditiva”, explica la profesora Heidi Olze, directora de la Clínica de Otorrinolaringología de Charité Berlin. Se ve como un signo de edad, de incomprensión, de limitaciones comunicativas y, a menudo, incluso se considera que muestra una falta de capacidad mental.
Los estudios científicos también muestran que las personas con pérdida auditiva tienen un mayor riesgo de demencia: la ausencia de estimulación auditiva en el cerebro conduce a una degeneración de las estructuras cerebrales, primero en el centro auditivo y luego en el área cognitiva.