No hay un implante coclear sin una primera activación. Una vez que el IC está implantado, cada usuario necesita ajustes audiológicos para que el sistema de implante se adapte lo mejor posible a las necesidades personales y auditivas.
En esta entrevista, el audiólogo experto Prof. Dr. Tobias Rader explica qué pasa durante la activación de un implante coclear, por qué cada IC tiene que ajustarse individualmente y qué papel juega la longitud de la guía de electrodos.
¿Qué es la programación y cuál es su propósito?
Durante una programación (también llamada a veces “activación” del implante coclear) la transmisión de sonido que llega al micrófono del procesador de audio se adapta individualmente al nervio auditivo. Para conseguirlo, los electrodos del implante coclear, que actúan como un puente entre el IC y la cóclea, se estimulan de manera individual.
El audiólogo determina el umbral de audición individual y el volumen cómodo para cada electrodo. Todos los electrodos (todos los tonos) deberían, en la medida de lo posible, percibirse como el mismo volumen. El sonido debería ser agradable y la comprensión del habla debe ser lo mejor posible para cada persona.
¿Qué pasa en una programación?
Después de una revisión general de la funcionalidad del implante, los electrodos estimulados individualmente se ajustan primero a un volumen cómodo. Para conseguir una intensidad uniforme y una percepción auditiva armónica, a veces se comparan varios o todos los electrodos entre sí. A continuación, se comprueban y adaptan los umbrales eléctricos de la audición de todos los electrodos. El sonido general del habla y el ruido se pueden adaptar a las necesidades individuales, más adelante en modo en vivo a través del micrófono.
Los ajustes pueden optimizarse aún más con la ayuda de la percepción del tono en usuarios con conocimiento musical adecuado. Durante esta programación basada en el tono, las frecuencias de los electrodos individuales se desplazan de tal manera que se logra el mapeo más preciso de, por ejemplo, escalas e intervalos de tonos. Para usuarios que tienen una audición normal o audífonos en su oído no implantado comparamos la audición acústica y “eléctrica”. En los usuarios bilaterales, el IC “más nuevo” también se puede adaptar al IC “más antiguo” si el usuario es musical.
A veces, después de la implantación se realiza un escáner TC para mostrar la posición de los electrodos en la cóclea. Podemos usar esta información individual para desarrollar una programación basada en la anatomía.
¿Qué quiere decir, exactamente, la Programación Basada en la Anatomía?
Cada localización a lo largo de las vueltas de la cóclea es responsable de procesar una frecuencia específica. Al estimular los electrodos del IC desde la punta de la cóclea hasta su comienzo, el usuario puede oír una serie de tonos ascendentes. Desafortunadamente, sin la programación personalizada basada en la anatomía, no podemos saber el tono percibido por el usuario.
Cada cóclea tiene un tamaño y forma diferente. Conocer el tono exacto de cada tono estimulado eléctricamente y la localización en la cóclea donde está estimulada permite una mayor precisión del mapeo del tono. Esto llevará a una mejora de percepción de la música y del habla.
¿Qué tiene que ver la Programación Basada en la Anatomía con la longitud de los electrodos?
Un implante coclear solo puede estimular aquellas partes de la cóclea a las que se puede llegar con su guía de electrodos. Como en un oído con audición normal, los tonos más bajos deben transmitirse al nervio auditivo en el lugar correcto de la cóclea.
Esto quiere decir también que tienen que estimular las áreas más profundas en la cóclea. Dependiendo de la geometría, el tipo de electrodo y la audición residual, puede ser más apropiada una inserción más profunda con una guía de electrodos más larga.
¿Cuándo y con qué frecuencia deben realizarse las programaciones?
Primero el usuario necesita alcanzar un punto estable en el que tenga una buena comprensión del habla en silencio. Después, se comprueba y mejora la asignación de tono.
Es importante que los usuarios prueben las programaciones en entornos familiares en casa, por ejemplo, ante el piano, y ver si las secuencias de tono y los intervalos suenan “familiares” y “correctos”. Si es necesario, la próxima cita de programación se intentará mejorar aún más la percepción del tono.
¡Muchas gracias por la entrevista, Prof. Rader!