La hipoacusia o incapacidad de percibir sonidos es un trastorno sensorial. Puede afectar a ambos oídos y ser, por lo tanto, bilateral o bien afectar solo a uno y ser unilateral. Ya desde los primeros meses o años de vida, es posible identificar signos y síntomas de esta pérdida de la audición en bebés y niños. Su detección temprana, en efecto, es fundamental, ya que permitirá evitar o disminuir alteraciones en el habla, el lenguaje y la comunicación.
Hipoacusia en bebés y niños: ¿cómo identificarla?
La hipoacusia se manifiesta cuando existe un funcionamiento anormal de alguna parte del sistema auditivo. En este sentido, puede encontrarse comprometido el oído externo, el oído medio o el oído interno así como, también, el nervio auditivo.
A medida que aprenden, actúan, juegan y se comunican, en los bebés y niños se presentan toda una serie de indicadores de desarrollo. Faltas o retrasos de algunos de estos indicadores podrían ser una alerta de hipoacusia infantil. Es importante, como padres, estar atentos a su desenvolvimiento y acudir a los controles médicos con la frecuencia sugerida.
Signos básicos de detección temprana
– 6 meses: el bebe no emite sonidos ni balbucea. No reconoce su nombre ni reacciona ante estímulos auditivos, como el sonido del teléfono.
– 15 meses: no imita o repite palabras simples, como mamá o papá.
– 24 meses: no puede reproducir un mínimo de 10 palabras
– 36 meses: no puede articular y expresar frases de dos palabras.
– 48 meses: imposibilidad de articular y expresar frases sencillas.
Signos que podemos identificar en el comportamiento diario:
Otros signos de pérdida auditiva en la infancia también podemos encontrarlos en el movimiento y reacción del niño. Por ejemplo, si, en caso de ruidos fuertes y repentinos, el niño no se sobresalta o asusta.
También si, después de los 6 meses de edad, vemos que no gira la cabeza hacia la fuente de sonido que lo llama por su nombre. En efecto, es importante poder identificar si lo hace como respuesta al oír su nombre o si solo lo hace una vez que ve al adulto.
Es erróneo creer que esto último, si se repite reiteradamente, se deba exclusivamente a una falta de atención. Pues, puede ser claramente un indicador de pérdida auditiva, tanto parcial como total.
Signos en edad escolar
En niños un poco más grandes, ya en edad escolar, podemos encontrarnos con situaciones en que, por ejemplo, no siguen instrucciones simples como “busca tus zapatos” o “no te olvides tu mochila”.
También, podemos reconocer alguna alteración si vemos que suben demasiado el volumen de la televisión o a menudo re-preguntan “¿qué?”. Otra señal es comprobar que experimentan frustración con facilidad y colapsos en la comunicación.
En definitiva, un niño que presenta hipoacusia no desarrollará las mismas habilidades de comunicación que sí podrá hacer un niño cuya capacidad auditiva no esté alterada. Podremos encontrarnos con retrasos respecto al habla, dependencia a la lectura de labios y cansancio excesivo al final de la jornada escolar.
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