La pérdida auditiva es una condición que afecta a personas de todas las edades y puede impactar significativamente en la calidad de vida, sobre todo cuando no se detecta a tiempo. Por eso, resulta fundamental contar con una evaluación precisa que permita identificar el tipo y grado de pérdida auditiva, y así iniciar cuanto antes un proceso de rehabilitación adecuado.
En Volver a Escuchar sabemos que la detección temprana es el primer paso para construir un entorno que acompañe a la persona en la recuperación de su comunicación y en el fortalecimiento de sus vínculos. Ahora bien, ¿qué medio se utiliza para evaluar la pérdida auditiva? A continuación, te compartimos información sobre los estudios más solicitados y el proceso que siguen los profesionales para determinar el estado de la audición.
La importancia de una evaluación precisa
Cuando hablamos de pérdida auditiva, es necesario entender que cada caso es único. Por eso, el diagnóstico no se basa en una única prueba, sino en una serie de estudios que permiten conocer en detalle cómo está funcionando el sistema auditivo. Estas evaluaciones no solo ayudan a determinar la causa de la pérdida auditiva, sino que también guían la elección de los dispositivos de escucha o tratamientos más adecuados, como los implantes auditivos.
Es clave destacar que la detección temprana de la pérdida auditiva puede marcar una gran diferencia en el desarrollo del lenguaje hablado, especialmente en la infancia y en la calidad de vida de las personas adultas. Cuanto antes se realice la evaluación, antes se podrá iniciar el tratamiento para recuperar la audición.
¿Quién realiza la evaluación auditiva?
El equipo especializado en la evaluación de la pérdida auditiva está conformado por profesionales de la salud auditiva. Principalmente, son los otorrinolaringólogos y los fonoaudiólogos quienes se encargan de realizar los estudios necesarios para identificar la presencia y el grado de la pérdida auditiva.
Estos profesionales cuentan con la formación y las herramientas adecuadas para realizar distintas pruebas, tanto objetivas como subjetivas, según las necesidades de cada persona.
Principales medios para evaluar la pérdida auditiva
Existen diversos estudios que se utilizan para evaluar la pérdida auditiva. La elección de cada prueba depende de factores como la edad, su estado de salud y la capacidad de colaborar durante el procedimiento.
Timpanometría
La timpanometría evalúa el funcionamiento del oído medio, específicamente la movilidad de la membrana timpánica y de la cadena de huesecillos. Si hay líquido, perforaciones o alteraciones en esta zona, puede causar una pérdida auditiva conductiva. Esta prueba es rápida y no requiere la colaboración activa del paciente.
Audiometría tonal
La audiometría tonal es una de las pruebas más conocidas y utilizadas para evaluar la pérdida auditiva. Se realiza en una cabina sonoamortiguada, donde la persona debe indicar si percibe sonidos de distintas frecuencias e intensidades que se emiten por unos auriculares. Esta prueba permite determinar el umbral mínimo de audición y establece el grado de la pérdida auditiva.
Audiometría verbal
En la audiometría verbal, el objetivo es medir la capacidad de la persona para reconocer y repetir palabras que escucha a diferentes intensidades. Esta prueba es fundamental para comprender cómo afecta la pérdida auditiva a la comprensión del lenguaje hablado en el día a día.
Potenciales evocados auditivos
Es una evaluación neurofisiológica que registra la actividad eléctrica del sistema auditivo en respuesta a estímulos sonoros, permitiendo evaluar la integridad de la vía auditiva desde el nervio auditivo hasta el tronco cerebral. Se colocan electrodos en la cabeza de la persona para registrar la actividad eléctrica del sistema auditivo. Esta evaluación es muy utilizada en bebés y en personas que no pueden colaborar activamente en otras pruebas, y es fundamental para detectar pérdida auditiva neurosensorial.
Emisiones otoacústicas
Esta prueba mide la respuesta del oído interno (cóclea) ante sonidos específicos. Es un estudio breve y no invasivo que se emplea, principalmente, en los programas de detección temprana de pérdida auditiva en recién nacidos. Si no se detectan emisiones otoacústicas, se realizan otros estudios complementarios.
Ver esta publicación en Instagram
La combinación de pruebas: un diagnóstico integral
La pérdida auditiva puede tener distintas causas y grados, por eso es importante que la evaluación combine varios estudios. Esto permite a los profesionales realizar un diagnóstico integral y recomendar el camino más adecuado hacia la rehabilitación auditiva.
Además de los estudios mencionados, es frecuente la realización de una entrevista clínica para conocer los antecedentes médicos, los síntomas que experimenta la persona y el impacto que la pérdida auditiva ha generado en su vida cotidiana.
¿Qué sucede después de la evaluación?
Una vez realizada la evaluación, el equipo de profesionales comparte los resultados y orienta a la persona sobre los siguientes pasos. En algunos casos, se recomendará el uso de dispositivos auditivos (audífonos), en otros, se indicará la necesidad de un implante auditivo, especialmente en aquellas personas que no se benefician con audífonos.
Sea cual sea el caso, es fundamental que la persona cuente con un entorno que acompañe, y que reciba el apoyo necesario para iniciar su tratamiento de la manera más adecuada.
Un paso fundamental hacia la rehabilitación auditiva
La evaluación de la pérdida auditiva es el primer paso en el proceso de recuperar la comunicación y mejorar la calidad de vida. Conocer el estado de la audición a través de pruebas realizadas por profesionales especializados es importante para avanzar hacia una mejor audición.
En Volver a Escuchar creemos que cada historia es única y que contar con un diagnóstico preciso permite trazar un camino de acompañamiento acorde a las necesidades de cada persona. Si tenés dudas sobre la pérdida auditiva o querés saber más sobre los métodos de evaluación, te invitamos a contactarnos y conocer nuestros programas de mentoría y orientación.