Los padres de familia de cierta edad y abuelos o adultos mayores son la población más propensa a desarrollar enfermedades auditivas como la hipoacusia: se calcula que la prevalencia de esta patología varía entre 30% en mayores de 65 años de edad y hasta 60% en mayores de 85 años, según la Organización Panamericana de la salud.
Hay una realidad inapelable en mucho países desarrollados: cada vez hay más ancianos que niños de primera infancia y en un país como Colombia, se calcula que en 2018 el 9,1% de los colombianos eran mayores de 65 años y solo 8,4% eran niños entre los 0 y 5 años, según el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane).
Los motivos son varios. Una mayor longevidad de la población, la preferencia de los hogares a tener menos hijos, los avances médicos actuales, … dibujan una nueva realidad para muchas familias, que deben enfrentarse al desarrollo de enfermedades propias de los adultos mayores, como es la hipoacusia neurosensorial progresiva, y la presbiacusia, es decir la pérdida auditiva a medida que se envejece.
“Lo normal es que todos vayamos perdiendo la audición, pero dependerá de la gravedad del caso de cada adulto mayor, sus patologías clínicas o si llegó a tener antecedentes que afectaran este sentido”, afirma Andrea Bravo, directora clínica de MED-EL zona norte de América Latina.
En ese sentido, gran parte de las consultas médicas sobre problemáticas del oído se relacionan con el deterioro de este sentido, que al final termina en pérdida auditiva y también desemboca en la necesidad de buscar soluciones para recuperar este sentido, como los audífonos o el implante coclear. La situación se puede agravar en el futuro ya que cada vez son más los jóvenes que abusan del uso de auriculares, del móvil o que están expuestos a un fuerte ruido ambiental a diario.
“Es un proceso de envejecimiento del sistema auditivo y neurosensorial en el que progresivamente las células del oído interno se van deteriorando y perdiendo. Por consiguiente, el paciente va perdiendo audición sobre todo en frecuencias agudas, que son las que nos dan la discriminación o entendimiento del lenguaje”, explica el doctor Jaime Hernández, otólogo.
¿Cómo darse cuenta si hay presbiacusia?
Es relativamente sencillo detectar si alguien sufre de esta enfermedad a través de estos pasos:
- La persona oye, pero no entiende bien. Se pierden los sonidos agudos y se pueden oír fonemas graves como la vocal ‘a’ pero no los agudos como la letra ‘s’ lo que hace que se confundan unas palabras con otras.
- En un ambiente ruidoso se complica la audición. Por ejemplo, si la persona debe pedir constantemente que le repitan las palabras, principalmente en espacios en donde hay más personas o donde se generan conversaciones simultáneas.
- Aparece un pitido o zumbido. Es la clásica señal de que la pérdida auditiva comienza. Cuando esto suceda lo mejor es pedir un examen auditivo o logoaudiometría para verificar si es necesario poner dispositivos de amplificación auditiva como son audífonos convencionales (para que el paciente oiga y entienda mejor) o un implante coclear, para casos más complejos.
- Las voces masculinas son más fáciles de entender que las femeninas. Así como suena: cuanto más aguda sea la voz, más complicado resulta de entender para una persona con esta enfermedad.
- La edad pesa, pero no es la única razón. Si bien las personas mayores son más propensas a perder la audición paulatinamente, los malos hábitos como no hacer ejercicio, tener una alta exposición al ruido e ingerir ciertos medicamentos, pueden acelerar este proceso natural de desgaste.
Los medios ya están haciéndose eco de esta problemática que es la pérdida auditiva progresiva, que cada vez afecta a un mayor porcentaje de la población. Si esto sucede, es importante no resignarse y buscar una solución. Acude a un especialista, haz un test de audición o ponte en contacto con Volver a Escuchar. ¡Podemos ayudarte!
Ver artículo HSB Noticias