Bárbara: concienciar a través del cine

de Argentina

Bárbara Borcas es el nombre artístico de Bárbara Borello Castillo, argentina de La Plata que dedica su vida a contar historias vistas desde su realidad. Bárbara estudió Comunicación audiovisual “porque siempre tuve la necesidad de contar ya que yo no pensaba que no escuchaba, sino que escuchaba diferente”. Su infancia transcurrió viendo películas de cine mudo e inventando historias… y ya de adulta quiso contar al mundo su propia historia. Implantada desde febrero de 2018 en el oído izquierdo, el mayor deseo de Bárbara es explicar qué es vivir con hipoacusia para que quienes reciban un diagnóstico de hipoacusia neurosensorial no tengan miedo y estén preparados para vivir de una forma diferente, pero con la misma intensidad.

Entrevista en TV a Bárbara Borcas:

A Bárbara le gusta compartir su experiencia porque:

“Me parece importante compartir la experiencia y animar a la gente a que se implante. En mi caso, ha cambiado mi vida y quiero que otros también den ese paso. Tengo en proyecto una película que pretende explicar todo el proceso.”

Historia de vida de Bárbara

Cuéntanos tu historia, el origen de tu falta de audición

Cuando tenía 3 años contraje rubeola, una enfermedad que bajó mis defensas y afectó a las células ciliadas. A los 6 años me diagnosticaron hipoacusia bilateral neurosensorial. Me pusieron audífonos, estuve 3 años de mi vida sin escuchar. Cursé primer grado sin audición y empecé a leer los labios, pero mi comportamiento era un tanto violento. Empecé a usar audífonos y pude integrarme mejor. Con los años seguí perdiendo audición… Mi hipoacusia ahora es mayor. Pero a los 29 años pude hacerme mi primer implante coclear del oído izquierdo.

¿Ciertos momentos, situaciones en los que la pérdida auditiva fue particularmente restrictiva?

Mi hipoacusia fue restrictiva en cumpleaños donde había pileta. Me sentía muy diferente. O en carnaval, cuando todos tiraban bombitas de agua y yo no podía participar porque no se podían mojar mis audífonos. En boliches, o en reuniones grupales. Cuando quería seguir una conversación, me terminaba aislando

¿Qué te ayudó mucho o quién te ayudó mucho?

Me ayudó mucho ir a un profesional de la psicología. Siempre hice terapia. Porque me costó mucho entender que empezaba por mí el cambio. Los que me querían no entendían qué hacer cuando yo no escuchaba, pero porque yo no transmitía bien. Estaba atravesada, bloqueada por la angustia.

Y también me ayudó muchísimo poder cumplir mi sueño de hacer un cortometraje contando un relato de alguien con hipoacusia. A lo largo del proceso además de informarme canalizaba los miedos en la escritura. Y nació CLARAMENTE, un hermoso proyecto auspiciado por MED-EL.

¿Cómo supiste de la existencia de una solución como el implante coclear? ¿Cómo supiste que había llegado tu momento?

Supe del implante coclear por una mujer que armó un grupo de implantados en mi ciudad. Pero quien me animó a implantarme fue la prima de un amigo, que tenía una vida social muy activa: participaba de reuniones, tenía muchos amigos, iba a recitales de música… y me sentí muy identificada con ella. Ella usaba un implante MED-EL y tras hablar mucho con ella, decidí implantarme. Fui al mismo médico inclusive.

Bárbara Borcas durante la presentación de Claramente junto a Benjamín Rojas y Candela Vetrano

¿Cuánto tiempo invertiste en el proceso de toma de decisión? ¿Qué te frenaba? ¿Cómo lo superaste?

Tardé 2 años en tomar la decisión. Al principio lo negaba, lo veía de lejos, pensaba: “a mí no me va a pasar eso”, lo veía de un modo muy dramático. Hasta que conocí a Lucía, ella me decía que era una pavada, que también tenía miedo pero que le había cambiado la vida. Y ahí recién lo vi diferente. Y empecé a pensarme escuchando. Y me emocioné. Empecé a pensarme como nunca me había animado. Empecé a soñar con poder hacer esas cosas que por la hipoacusia no hacía. Y hoy, al año y medio de implantada, ¡no me arrepiento para nada!

Estuve mucho tiempo frenada por miedo a la cirugía, miedo a morirme, miedo a perder el oído del todo. Pero me empecé a informar y todo eso fue menor.

¿Cómo fue la operación y a qué tienes que prestar atención? 

Fue una operación muy exitosa. Tardaron 2 horas y media y a las 24 horas me fui a mi casa. Me tuve que lavar el pelo 3 días con Pervinox, para desinfectar la herida. Pensaba que se me iba a caer el pelo o cosas así. Pero, todo lo contrario, ¡estaba relinda! El Pervinox me daba un brillo especial al pelo… ¡jajaja! El pelo me lo cortaron durante la cirugía, así que ¡ni me enteré!

¿Aficiones y cómo ayuda el implante?

El implante ayuda a integrarte increíblemente. ¡Me encanta! ¡Estoy super contenta! Escucho sonidos que no escuchaba antes como el tic tac del reloj, la baliza del auto, la lluvia caer, la ducha… Siento que he vuelto a nacer. Los sonidos empiezan a ser por sí solos. Ya no se mezclan como antes. Puedo apreciarlos por separado, sin que me moleste tanto cuando suenan varias cosas a la vez. Me aturdo menos.

¿Y cuándo viajas? ¿Hay alguna historia particularmente divertida?

Hay varias cosas que puedo contar, pero viajar afuera es lo que más me divierte porque me desafío yo misma, me encanta ir a lugares donde hablan otro idioma. Es cuando entendí por ejemplo que no escuchar no tiene nada que ver con el volumen, con el tono con el que te hablen. Por ejemplo, un chino me grita para que escuche. Está bien. Lo escucho. Pero no lo entiendo. Y eso es mi día a día. Por mucho que me hablen fuerte, que me griten es lo mismo. No discrimino las palabras. Con el implante empecé a discriminar más, de hecho, viajé a Austria y pude discernir cuando me hablaban en inglés o en alemán. Cosa que antes nunca me pasó. Para mí todos los humanos hablaban idiomas raros, incluso en mi país. Pero viajar con implante me hizo darme cuenta de que los idiomas tienen diferentes tonos, volúmenes, etc. ¡Volví de Austria con ganas de estudiar diferentes idiomas!

Apreciación de la música

Muy similar a lo que contaba antes, ahora estoy empezando a apreciar otra música. Me animo a escuchar otros estilos de música con más instrumentos, es un nuevo desafío que me gusta. Prestar más atención a cada instrumento y poder apreciar la música por cómo suena en realidad y no como un ruido inentendible

Pérdida de audición y escuela / educación / profesión

Perdí la audición a los 3 años. En el jardín de infancia yo pegaba a mis compañeritos para poderles leer los labios, porque no sabía hacerme entender. O me aislaba. En la escuela lo que más odiaba eran los dictados, donde la maestra hablaba y caminaba a la vez. No podía seguirle la boca para completar leyendo los labios lo que no escuchaba… En la facultad estudié Comunicación Audiovisual, con lo que entendí que soy una persona que ama los desafíos… jajaja.

Tuve que cambiar 2 veces de institución porque no podía adaptarme a las aulas con mucha gente, pero en mi tercera universidad me adapté mejor y pude recibirme de directora de cine y técnica en vídeo y TV.

¿Qué consejos de rehabilitación tienes?

En mi caso, no hice mucha rehabilitación porque me adapté muy rápido al implante. Pero la paciencia y el tiempo son claves para una adaptación exitosa.

Según tu experiencia: ¿qué ha ocurrido en términos de concientización pública respecto a la pérdida auditiva y las diferentes soluciones en los últimos años? ¿Aprecias una evolución en el conocimiento del público?

Durante estos años hay menos tabú con el tema estético, socialmente es un avance el tema de la discriminación por tener un dispositivo para escuchar que diferencia del resto. Pero no veo un avance en la información. ¡Creo que falta mucho recorrido para entender y conocer de fondo la hipoacusia y sus soluciones!

Tú misma desarrollas una importante labor de conciencia primero con tu corto Claramente y ahora estás trabajando en un documental más largo, ¿qué quieres comunicar al público? ¿Qué crees que no se sabe?

Lo que me parece realmente importante y quiero lograr con mi próxima película es que se entienda realmente, que se pueda experimentar lo que es el mundo sonoro de un hipoacúsico y cómo esto repercute en la personalidad de cada uno. No eres el mismo con o sin hipoacusia. El mundo se percibe de otra manera, muchos dicen que tenemos suerte porque podemos elegir apagar nuestros aparatos cuando no queremos escuchar. Es una apreciación cierta, pero también superficial del tema. Es tan complejo y rico el mundo sonoro que me dan ganas de explotarlo en una película y darlo a conocer. No hay tanta discriminación y falta de voluntad de la sociedad para ayudar y adaptarse. Es que se desconoce, no se sabe cómo ni qué hacer. Y la tarea para dar a conocer las soluciones, es nuestra. De quienes padecemos la hipoacusia. Me retracto. No la padecemos. Vivimos con hipoacusia. Y suena algo terrible porque no se sabe qué es. Eso quiero, que se sepa, que se hable, que se le pierda el miedo. Que si un papá o una mamá escucha que el médico le da un diagnóstico de hipoacusia neurosensorial a su hijo/a no es el fin del mundo. Es el comienzo de un mundo diferente, y como todo lo diferente, no es peor ni mejor que el resto. Es diferente, y hay soluciones. Hay que involucrarse de verdad.

Más sobre Claramente: https://volveraescuchar.com/general/crear-conciencia-a-traves-del-cine/