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¿Qué tipos de hipoacusia existen y qué soluciones auditivas pueden ayudar?

La hipoacusia no es una condición única ni universal. Existen distintos tipos y grados, cada uno con causas, características y tratamientos particulares. Por eso, cuando una persona recibe un diagnóstico de hipoacusia, lo primero que necesita saber es que ese término no define una sola realidad, sino un abanico de situaciones posibles.

Comprender qué tipo de hipoacusia está presente, qué grado tiene y cómo afecta la vida cotidiana es fundamental para tomar decisiones informadas. También lo es conocer las soluciones auditivas disponibles, que pueden ir desde dispositivos de escucha hasta implantes cocleares, según cada caso.

En esta nota, repasamos las distintas formas en que se presenta la hipoacusia, cómo se evalúa clínicamente y qué recursos existen para acompañar a quienes viven con la incapacidad de oír sonidos.

 

¿Qué es la hipoacusia y cuáles son sus tipos?

La hipoacusia es una disminución en la capacidad de oír, que puede presentarse en uno o ambos oídos. Afecta a personas de todas las edades y puede ser congénita o adquirida a lo largo de la vida.

En la infancia, puede interferir con el desarrollo del lenguaje, mientras que en la adultez suele asociarse a dificultades en la comunicación, aislamiento social y una disminución en la calidad de vida. Existen diferentes formas de hipoacusia, cada una con sus particularidades y según el lugar del sistema auditivo donde se origina la alteración, existen tres tipos principales:

Hipoacusia conductiva: Se produce cuando hay un problema en el oído externo o medio que impide que las ondas sonoras lleguen de forma adecuada al oído interno. Puede deberse a infecciones, perforaciones del tímpano, malformaciones o presencia de cuerpos extraños. En muchos casos, puede tratarse médicamente o con dispositivos de escucha.

Hipoacusia neurosensorial: Afecta al oído interno (principalmente a la cóclea) o al nervio auditivo. Puede ser consecuencia del envejecimiento, exposición a ruidos intensos, enfermedades virales, factores hereditarios o consumo de ciertos medicamentos.

Hipoacusia mixta: Es la combinación de una hipoacusia conductiva y una neurosensorial. Requiere una evaluación más completa, ya que pueden coincidir varias causas que afectan distintas partes del sistema auditivo.

Esta clasificación no es solo una etiqueta, determinar el tipo de hipoacusia es un paso fundamental para elegir el tratamiento más adecuado.

 

¿Qué grado de hipoacusia puede tener una persona?

El grado de hipoacusia se establece a través de estudios clínicos, principalmente la audiometría. Esta prueba permite conocer el umbral mínimo de audición en distintas frecuencias y determinar si una persona presenta una pérdida auditiva leve, moderada, severa o profunda.

  • Hipoacusia leve (20–40 dB): La persona puede no notar la pérdida en contextos tranquilos, pero le cuesta oír sonidos suaves o conversaciones en ambientes con ruido. 
  • Hipoacusia moderada (41–69 dB): La dificultad para comprender el habla es más evidente, especialmente si el interlocutor está lejos o hay interferencias. 
  • Hipoacusia severa (70–89 dB): Se perciben muy pocos sonidos y la comunicación verbal resulta muy limitada sin ayudas auditivas. 
  • Hipoacusia profunda (más de 90 dB): Hay una mínima o nula percepción de sonidos. En estos casos, suelen evaluarse dispositivos más complejos, como los implantes cocleares.

Esta graduación permite dimensionar el impacto real que la hipoacusia tiene en la vida cotidiana, y a partir de allí, buscar soluciones adecuadas para cada persona.

 

¿Qué soluciones existen para quienes viven con hipoacusia?

Hoy en día, existen múltiples soluciones auditivas adaptadas a los distintos tipos y grados de hipoacusia. Cada persona es diferente, es por eso que la elección de la herramienta más adecuada debe estar acompañada por un equipo especializado en salud auditiva. Entre las soluciones más utilizadas se encuentran:

Dispositivos de escucha

Son pequeños dispositivos que amplifican los sonidos, están indicados especialmente para hipoacusias leves, aunque algunos modelos pueden ser efectivos en casos más avanzados si hay beneficio auditivo.

Entre las alternativas no invasivas se encuentra ADHEAR, un sistema de conducción ósea desarrollado por MED-EL, indicado para personas con hipoacusia conductiva, mixta o neurosensorial profunda unilateral. Se coloca detrás de la oreja con un adhesivo, los micrófonos del procesador captan los sonidos a su alrededor y luego hacen vibrar el adaptador para enviar los sonidos directamente a su oído interno, sin necesidad de cirugía. Puede usarse a partir del primer día de nacido y ofrece una experiencia auditiva cómoda y eficaz.

Implantes de conducción ósea

Indicado para personas con hipoacusia conductiva, mixta o neurosensorial profunda unilateral que no pueden usar audífonos convencionales. Estos dispositivos funcionan mediante vibraciones que se transmiten directamente al oído interno, se indican en casos como malformaciones congénitas del oído externo, disfunción en alguno de los tres huesecillos del oído medio o infecciones crónicas que impiden el uso de audífonos convencionales.

Uno de los sistemas más innovadores es BONEBRIDGE de MED-EL, que combina tecnología auditiva avanzada con una colocación ergonómica debajo de la piel. Esto lo convierte en una alternativa cómoda, discreta y altamente efectiva. Se indica a partir de los 5 años y su diseño permite mantener el canal auditivo libre, lo que mejora la comodidad y reduce el riesgo de infecciones.

Implantes cocleares

Representan una de las tecnologías más avanzadas para personas con hipoacusia severa o profunda que no se benefician con dispositivos auditivos o audífonos. A través de una intervención quirúrgica, el dispositivo estimula directamente el nervio auditivo, permitiendo percibir los sonidos del entorno.

En todos los casos, el uso de estos dispositivos debe complementarse con un proceso de calibración y con rehabilitación auditiva. El trabajo con profesionales, la práctica en casa y el acompañamiento del entorno son clave para que la tecnología cumpla su función.

En Volver a Escuchar, ponemos especial atención en informar y acompañar a quienes consideran un implante auditivo como opción. Sabemos que no todas las personas con hipoacusia son candidatas, por eso, el proceso de evaluación es tan importante como la tecnología en sí.

 

¿Cuándo se considera un implante coclear como opción?

Un implante coclear se considera cuando hay una pérdida auditiva neurosensorial severa o profunda y el uso de dispositivos de escucha, como audífonos, ya no brinda resultados suficientes para una comunicación efectiva. Es una decisión que requiere de estudios médicos, audiológicos y neurológicos, además de una evaluación integral por parte de un equipo especializado.

Algunos de los factores que se analizan antes de indicar un implante son:

  • Tipo y grado de hipoacusia 
  • Edad y etapa del desarrollo del lenguaje (especialmente en niños) 
  • Experiencia previa con dispositivos de escucha 
  • Tiempo de evolución de la pérdida auditiva 
  • Condiciones clínicas generales

El implante coclear permite acceder nuevamente al mundo sonoro, favoreciendo la conciencia de la persona en el espacio y los sonidos que la rodean, las interacciones con otras personas y la comprensión de las emociones.

Un camino que empieza por el conocimiento

Entender qué tipo de hipoacusia se presenta, cuál es su grado y qué soluciones auditivas pueden ayudar es el primer paso para tomar decisiones informadas. 

En Volver a Escuchar, creemos que cada persona tiene derecho a superar la pérdida auditiva y a transitar ese camino acompañada de un equipo de especialistas en audición, con claridad y empatía.

Por lo tanto, si estás atravesando un diagnóstico de hipoacusia o alguien cercano recibió recientemente este diagnóstico, te invitamos a explorar los contenidos de nuestro sitio web, conocer historias reales de quienes viven con dispositivos auditivos y acercarte a una comunidad que transforma la experiencia de escuchar.