Valentina, y su sueño de ser una gran escritora e historiadora

de Perú

Valentina Flavia Reategui es una joven peruana que perdió la audición a los 4 años, en ambos oídos. Ahora es usuaria de un implante coclear MED-EL y un procesador de audio RONDO 2. Hoy, su mayor sueño es ser una gran profesional en el mundo de la literatura y la historia.

Shirley Noriega y su padre Jorge Reategui nos contaron cómo fueron los inicios de la pérdida auditiva de Valentina, cómo la detectaron y por qué tomaron la decisión de un implante coclear. Es una historia que logra visibilizar la realidad de muchas familias que aún no conocen o no se deciden por un implante auditivo, y que esperamos tomen la decisión para darle la oportunidad a sus hijos o hijas de disfrutar del mundo de los sonidos.

Al final de la nota, también pudimos hablar con la protagonista, Valentina, para que nos cuente en primera persona su experiencia.

Historia de Valentina

¿La pérdida auditiva de Valentina fue congénita o adquirida? ¿Cuáles fueron las causas? ¿Y qué tipo de pérdida auditiva tiene?  

La pérdida auditiva fue adquirida. Al nacer, Valentina fue recetada con un antibiótico que se llama Amikacina que se usa para el tratamiento de infecciones bacterianas. A los 4 años, empezamos a notar cierta hipoacusia en ella e inicialmente fue diagnosticada con pérdida auditiva leve. Sin embargo, creemos que desde los 3 años ya estaba deteriorándose su audición. Con este primer diagnóstico, se le recetó un auxiliar auditivo o audífono.

¿Cómo detectaron la pérdida auditiva de Valentina? ¿Cuáles fueron esos primeros signos que les llamó la atención?

El detonante de esa pérdida auditiva se presentó en el colegio. Fue ahí donde realmente nos dimos cuenta que su problema auditivo había empeorado. Su desarrollo del lenguaje era bueno, porque había tenido los audífonos por varios años, pero los maestros, compañeros e incluso nosotros notábamos que ella no seguía las órdenes o simplemente no prestaba atención cuando uno le hablaba.

Al principio tomábamos esto como un pequeño brote de rebeldía, pero con el tiempo fuimos notando que, si ella no tenía un contacto visual directo, no respondía a lo que se le preguntaba o hablaba. A partir de ese momento, supimos que su caso estaba empeorando.

¿Qué sintieron como padres respecto a esa pérdida auditiva?

Es desconcertante, porque es difícil aceptar que un hijo tiene pérdida auditiva. Fuimos con los especialistas en audición y, obviamente, hicieron los análisis para detectar el tipo de pérdida auditiva de Valentina, que era hipoacusia neurosensorial profunda. Es decir, había pasado de leve a profunda.

No fue fácil, no queríamos aceptarlo y tampoco podíamos creerlo como padres, pues Valentina había tenido una hipoacusia leve durante los primeros años de vida y darte cuenta que a partir de unos años su desarrollo auditivo se había deteriorado, fue impactante.

Era un carrusel de emociones, porque te cuestionas como padre y madre, te preguntas cómo no haberlo visto antes, si se pudo evitar, cómo hubiésemos evitado esa hipoacusia. En fin, nos hicimos mil preguntas y cuestionamientos que finalmente debíamos dejar a un lado para avanzar con una solución por la salud y el futuro de nuestra hija.

¿Cómo llegaron a conocer sobre los implantes cocleares? ¿Por qué llegaron a MED-EL?

Una vez que hablamos con el otorrino y nos comentó de los diferentes tratamientos para recuperar la audición, comenzamos a investigar sobre los implantes cocleares que era la solución auditiva para Valentina. Miramos muchas marcas, comparamos y finalmente nos decidimos por MED-EL, pues fue la casa fabricante que más seguridad y tranquilidad nos dio en términos de tecnología, compatibilidad de los implantes con todos los procesadores de audio y las resonancias magnéticas, un punto bastante importante para tener en cuenta en este tipo de decisiones.


¿Tuvieron miedo de la cirugía?

Sí, mucho miedo. Que te digan que es una cirugía en la cabeza, asusta. Sin embargo, el otólogo nos explicó muy bien el proceso y gracias a los avances de la ciencia y la tecnología seguimos adelante para un mejor futuro de Valentina.


¿A qué edad fue implantada Valentina y qué tipo de implante y procesador tiene?

Valentina fue implantada a los 10 años, así que fue todo un proceso desde su detección de la hipoacusia, la cirugía, su recuperación, que no tuvo complicaciones, y posteriormente su rehabilitación auditiva. Actualmente, ella tiene un implante coclear SYNCHORNY, con un procesador de audio RONDO 2 que le brinda mucha independencia, porque ese procesador es de unidad única, es fácil de colocarse en la cabeza y se carga inalámbricamente en la base del cargador, así que no tienes que estar pensando en pilas.

Ahora que Valentina tiene el implante, ¿qué cambio notan en ella?

Muchos, antes podías ver que ella se aislaba. Creo que es un tema muy recurrente en las personas con pérdida auditiva, pues al no poder escuchar, prefieren encerrarse en su propio mundo. Con las terapias de rehabilitación auditiva logramos que se comunicara más, se adaptara a esta nueva tecnología para identificar, reconocer y discriminar los sonidos. Ahora es una niña más feliz y habla mucho más.

¿Y con ese proceso de rehabilitación, cómo les fue?

Muy bien, la verdad es que ella cumplió con todos los objetivos de rehabilitación y nosotros como familia estuvimos muy involucrados en el proceso, pues debes poner en práctica todo lo que se aprende en la terapia con ella. Así que es un tema del día a día que necesita el apoyo no solo de su terapeuta auditiva, sino de su círculo más cercano.

Obviamente hay retos por superar; uno de ellos, para nosotros, fue que se adaptara a su implante y su procesador de audio, pero una vez lo hizo, notas esa independencia en ella, para hacer sus deberes y todas sus cosas. Es muy satisfactorio.

Ahora es Valentina quién nos cuenta qué es lo que más disfruta de los sonidos y cómo vivió ese camino para recuperar la audición. ¡Bienvenida Valentina!


¿Qué te gustaría compartir con las personas que leen este artículo y quieren conocer más de tu experiencia con el implante?

Que si necesitan realizarse una cirugía, que lo hagan, que se implanten y no tengan miedo. Van a poder escuchar todo: los pasos de las personas, ¡la música!, los pajaritos y las olas del mar. Podrán disfrutar de sus canciones favoritas; por ejemplo, a mí me gusta mucho la música, y me siento muy cómoda escuchándola, así que disfruto montones de la audición, especialmente cuando pongo mi canción favorita, Un beso en Madrid de Tini.

¿Además de la música, hay algún sonido que te guste escuchar? Baez.

Sí, los pasos de las personas, ese “toc, toc” de los zapatos cuando chocan con el piso me parece interesante.

¿Qué hobbies tienes o pasatiempos?

Tengo varios, pero lo que más me gusta es gusta leer, ver series de televisión, escuchar música y tocar el órgano, así que pueden darse cuenta que la música es algo que siempre está presente en mi proceso auditivo. Pero mi gran pasión es la lectura, ¡me encanta!

¿Qué quieres ser cuando seas grande?

Me gustaría ser escritora e historiadora, para usar el poder de las palabras y comunicar o contar historias.

¿Cómo te sentiste en tu proceso de rehabilitación auditiva? ¿Cuál fue el mayor reto?

Fue cómodo, aprendí a enfocarme en la fuente del sonido y a adaptarme a la tecnología, y así poder hacer las cosas que hago en el día. Lo más difícil fue entender rápido las conversaciones; me costó al principio, pero después me fui acostumbrando al ritmo y velocidad conversacional de las personas y pude lograrlo.