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¿Cómo se evalúa la pérdida auditiva?

La capacidad de audición es parte fundamental de nuestra vida cotidiana, por lo que la evaluación de la pérdida auditiva es un proceso fundamental a la hora de detectar y abordar cualquier problema relacionado con la audición. 

Veamos en detalle cómo se llevan a cabo estas pruebas tanto en adultos como en niños, qué determina cada prueba y qué opciones existen para quienes experimentan pérdida auditiva. 

 

Evaluación de la pérdida auditiva

En adultos

En la evaluación auditiva de adultos, se utilizan diversas pruebas para evaluar la capacidad auditiva y detectar posibles problemas. Entre las pruebas más comunes se encuentran:

Audiometría tonal

Esta prueba evalúa la capacidad para escuchar tonos puros emitidos a diferentes frecuencias y niveles de volumen. De esa forma, el especialista determina los umbrales de audición en cada oído y el tipo de pérdida auditiva que puede tener el paciente.

En Volver a Escuchar contamos con testimonios de personas que, tras realizarse estudios auditivos pudieron detectar su pérdida y tomar medidas al respecto para recuperar su audición.

Tal es el caso de Mariano, profesor de trompeta argentino,que a través de este estudio pudo saber que padecía hipoacusia y acceder a un implante coclear que logró volverlo a conectar con el mundo sonoro del que tanto disfrutaba.

 

Audiometría de alta frecuencia

Este estudio es similar a la audiometría tonal, pero se centra en frecuencias más altas, que pueden ser las primeras en dejar de escucharse ante ciertos tipos de pérdida auditiva. Esta prueba es útil para detectar pérdida de la audición precoz o inducida por ruido.

 

Prueba de reconocimiento de palabras

Esta prueba evalúa la capacidad del paciente para entender el habla en diferentes condiciones auditivas, como en un ambiente ruidoso o con diferentes niveles de volumen. De esa forma se obtiene información sobre la capacidad del habla y la comprensión auditiva del paciente.


En niños

La evaluación auditiva en niños es fundamental para detectar y abordar cualquier problema auditivo en etapas tempranas de su desarrollo. 

Una evaluación esencial es el screening auditivo neonatal, que se realiza poco después del nacimiento para detectar cualquier signo de pérdida de la audición. 

Este screening es fundamental, ya que la detección temprana y la intervención adecuada pueden marcar una gran diferencia en el desarrollo del lenguaje y el aprendizaje del niño.

En el caso de Rocío, una niña chilena, este estudio se realizó en tres oportunidades, determinando su pérdida auditiva a la semana de vida. 

Tras estudios posteriores que terminaron de confirmar su hipoacusia, Rocío se convirtió en candidata a implantes cocleares en sus dos oídos, los que al día de hoy le permiten escuchar a su familia, disfrutar de la música e interactuar plenamente con su entorno.

 

Además del screening neonatal, se utilizan otras pruebas auditivas específicas para niños, como la prueba del oído recién nacido, que evalúa la respuesta del oído a estímulos sonoros, y la audiometría conductual, que se realiza en niños mayores y evalúa su capacidad para escuchar tonos y responder a estímulos auditivos de manera apropiada.

También se pueden utilizar pruebas de audiometría de tronco cerebral, que evalúan la actividad eléctrica en el sistema auditivo en respuesta a estímulos sonoros. Estas pruebas son especialmente útiles en niños que no pueden realizar pruebas auditivas convencionales debido a su edad o capacidad cognitiva.

 

Soluciones para la pérdida auditiva

Según el grado de pérdida, el profesional de la salud recomendará un tipo de solución auditiva, pudiendo ser el uso de audífonos, implantes de oído medio o implantes cocleares.

Los audífonos son dispositivos electrónicos diseñados para amplificar el sonido, y están disponibles en una variedad de estilos y tamaños. Estos son útiles para personas con pérdida auditiva leve, amplificando los sonidos en el oído del usuario.

Los implantes de oído medio se implantan quirúrgicamente en el oído medio para mejorar la transmisión del sonido al oído interno. Son utilizados por personas con pérdida auditiva conductiva o mixta, donde el problema radica en la transmisión del sonido a través del oído medio. En este caso, los implantes de oído medio funcionan amplificando el sonido antes de que llegue al oído interno.

Por último, los implantes cocleares son dispositivos que se implantan quirúrgicamente en el oído interno. Estos dispositivos están diseñados para personas con pérdida auditiva severa a profunda que no obtienen ganancia suficiente de los audífonos convencionales. 

Los implantes cocleares funcionan estimulando el nervio auditivo de forma directa, mediante señales eléctricas que permiten al cerebro percibir el sonido. 

Es fundamental que estas soluciones se complementen mediante rehabilitación auditiva, para ayudar a los pacientes durante el proceso de adaptación a su dispositivo.


En Volver a Escuchar brindamos información sobre opciones de tratamiento ante la pérdida auditiva, así como testimonios de personas y mentores que la han podido superar.

Te invitamos a conocer a fondo nuestro sitio web, nuestra misión es informar a las personas para que puedan tomar las mejores decisiones para su audición y dar los pasos necesarios hacia una vida llena de sonidos.