¿Te has preguntado cuál es la diferencia entre un implante auditivo y un audífono? Si bien ambos constituyen un tratamiento efectivo para la pérdida de la audición, se emplean en casos muy diferentes y su mecanismo de funcionamiento es también muy distinto.
A continuación, te contamos acerca de sus principales diferencias y los usos específicos para los que cada solución ha sido especialmente diseñada.
Tratar la pérdida auditiva: ¿audífonos o implante auditivo?
La pérdida auditiva puede presentarse de forma muy diferente en cada persona. De hecho es posible distinguir diferentes tipos de pérdida auditiva, según el lugar en donde se encuentra afectada la vía auditiva área, el grado de la misma y el momento, en el desarrollo de la vida de una persona, en que se manifiesta.
Dado que los tipos y grados de pérdida auditiva son diferentes, también lo son los tratamientos disponibles para cada una de ellas. El objetivo es brindar una solución que se adapte a las necesidades específicas en cada caso, de modo que cada persona acceda a una mejor calidad de vida y pueda desenvolverse cotidianamente con naturalidad.
Audífonos: cómo funcionan y cuándo se los utiliza
Los audífonos son dispositivos de amplificación acústica. Amplifica los sonidos y los hacen más fuertes, de modo que puedan ser enviados a través del conducto auditivo hasta la cóclea y, desde aquí, hasta al cerebro.
El uso de audífonos está indicado para la mayoría de los grados de pérdida auditiva y no requiere de una cirugía para su colocación. Se trata de dispositivos removibles de aplicación externa, el usuario puede colocarlos o quitarlos cuando lo desee.
Entre otros importantes beneficios, habilitan una mejor calidad auditiva: el usuario puede escuchar con mayor claridad, comunicarse mejor y participar plenamente en las actividades de su vida diaria.
Implante auditivo: tipos y características de funcionamiento
Cuando los audífonos no son suficientes, es probable que el paciente necesite de un implante auditivo. Este último se diferencia por ser un dispositivo de estimulación eléctrica y/o mecánica (en lugar de acústica) y requiere de una intervención quirúrgica para su colocación.
Los implantes auditivos estimulan las zonas dañadas. Cuando se haya dañado el oído externo, medio, interno o retrococlear, depende del tipo de implante se encarga de estimular mecánicamente, de manera directa, el oído interno.
Cuando la pérdida auditiva se debe a una alteración profunda, es decir, a nivel de la cóclea, es el implante coclear el que se encarga de estimular de forma directa el nervio auditivo. ¿Cómo? Por medio de una guía de electrodos que reemplazan la actividad de las células ciliadas.
Como puedes ver, existen diferentes tipos de implantes auditivos: implante coclear, implante de conducción ósea o incluso implante auditivo de tronco cerebral (ABI).
– Mientras que el implante coclear está dirigido a tratar casos de hipoacusia neurosensorial severa a profunda, el implante de conducción ósea resulta adecuado para tratar casos de hipoacusia conductiva o unilaterales (ssd)
– El implante auditivo de oído medio, por su parte, puede utilizarse para tratar tanto casos de hipoacusia neurosensorial de leve a severa, conductivas, y mixtas.
¿Tienes interés en saber más sobre los tratamientos disponibles?
En nuestra sección de Novedades podrás encontrar una gran variedad de notas con información actualizada y chequeada por profesionales de la salud auditiva. ¡También puedes contactarnos, para recibir asesoramiento en tu camino auditivo!
Sigue leyendo el testimonio de Valentina.