La hipoacusia congénita es uno de los tipos de hipoacusia que puede presentarse en las personas. Consiste en la disminución de la capacidad auditiva desde el momento del nacimiento y puede ser tanto parcial como total, unilateral o bilateral.
Según estudios de especialistas, al menos el 60% de las hipoacusias neonatales neurosensoriales o hipoacusias de inicio precoz tienen una causa genética. El 40% restante de los casos de pérdida auditiva se atribuye a condicionamientos ambientales, como infecciones prenatales y postnatales, hiperbilirrubinemia o tratamiento del bebe con fármacos ototóxicos.
¿Qué tipos de hipoacusia congénita existen?
Podemos identificar dos grandes tipos de hipoacusia congénita:
1) Hipoacusia congénita sindrómica: la pérdida de audición es causada por una malformación del oído externo o de otros órganos o sistemas relacionados con el síndrome que padece la persona.
3) Hipoacusia congénita no-sindrómica: la pérdida de audición es causada por una malformación a nivel del oído medio o interno. No está asociada a otros defectos congénitos en órganos o sistemas. Esta es la hipoacusia de causa congénita más común, afecta aproximadamente al 70% de los casos.
¿Por qué es fundamental la detección temprana?
La detección temprana de la hipoacusia congénita permite contrarrestar potenciales repercusiones en el desarrollo social, emocional y cognitivo de la persona. Con un diagnóstico temprano y una intervención precoz es posible prevenir alteraciones en el proceso de adquisición y desarrollo del lenguaje.
Idealmente el objetivo de los especialistas es poder detectar la pérdida auditiva en el primer mes de vida, para diagnosticar el tipo de hipoacusia en los primeros tres meses y comenzar con el tratamiento antes de los seis meses de edad.
Tratamiento de la hipoacusia congénita
Tal como mencionamos, la hipoacusia congénita puede detectarse ya en los primeros días de vida del recién nacido.
Cuanto antes se inicie con el tratamiento, mayor será su eficacia y la posibilidad de garantizar el máximo desarrollo cognitivo y lingüístico posible. En otras palabras, serán mayores las oportunidades de mejorar la calidad de vida del paciente.
El bebé diagnosticado con hipoacusia congénita requiere de un tratamiento personalizado, atendido por un equipo de especialistas en el que se incluyen el pediatra, el otorrinolaringólogo, un especialista del lenguaje, audiólogos y rehabilitadores.
Los profesionales trabajarán estrechamente con el paciente y los padres, para crear un plan de rehabilitación que cubra las necesidades del caso y se adapte oportunamente a cada etapa de crecimiento.
En términos generales, el tratamiento de la hipoacusia de causa congénita puede incluir:
– Sesiones de estimulación temprana, orientadas a desarrollar y potenciar las posibilidades de interacción y comunicación social del paciente.
– Uso de audífonos o de implantes cocleares, según el nivel de pérdida auditiva que se presente en el paciente.
– Dependiendo del caso, aprendizaje de un método alternativo de comunicación.
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