La hipoacusia, una de las formas más comunes de pérdida auditiva, puede afectar diferentes partes del oído dependiendo de su causa y severidad.
Comprender qué área del sistema auditivo está comprometida es esencial para determinar el tratamiento adecuado y mejorar la calidad de vida de quienes la experimentan.
En esta nota, exploraremos las regiones del oído que pueden verse afectadas por la hipoacusia y cómo esto influye en la audición.
¿Qué es la hipoacusia?
Es una disminución parcial de la capacidad auditiva, que puede presentarse de diversas maneras y grados. Desde leves dificultades para captar sonidos suaves hasta problemas severos que impactan en la comprensión del habla.
Comprender su origen y clasificación es importante para buscar soluciones efectivas y recuperar la conexión con los sonidos que nos rodean. Esta condición se clasifica según la región del oído afectada:
Hipoacusia conductiva
Ocurre cuando hay un problema en el oído externo o medio que impide que las ondas sonoras lleguen al oído interno. Estas alteraciones pueden ser temporales o permanentes dependiendo de su causa.
Hipoacusia neurosensorial
Surge de daños en el oído interno (cóclea) o en las vías nerviosas que conectan el oído con el cerebro. Es una forma común de pérdida auditiva irreversible.
Hipoacusia mixta
Combina elementos de la hipoacusia conductiva y neurosensorial, lo que puede complicar el tratamiento.
Partes del oído afectadas por la hipoacusia
El oído se divide en tres secciones principales: el oído externo, medio e interno. Cada una desempeña un papel clave en el proceso auditivo, y cualquier alteración en estas áreas puede resultar en hipoacusia.
Oído externo
El oído externo está formado por el pabellón auricular (la parte visible del oído) y el conducto auditivo externo. Este canal dirige las ondas sonoras hacia el oído medio. Las condiciones que afectan esta región incluyen:
- Acumulación de cerumen: Puede obstruir el canal auditivo y dificultar la transmisión del sonido. Si no se trata, esta obstrucción puede causar hipoacusia temporal y molestias.
- Infecciones oídas externas: Como la otitis externa, que causa inflamación y estrechamiento del conducto auditivo. Estas infecciones suelen estar asociadas al contacto prolongado con agua o lesiones.
Oído medio
El oído medio contiene el tímpano y una cadena de huesos (martillo, yunque y estribo), que amplifican las ondas sonoras y las transmiten al oído interno. Algunos problemas comunes que afectan esta zona incluyen:
- Otitis media: Una infección frecuente que causa inflamación y acumulación de líquido. En casos graves, puede derivar en daños permanentes.
- Perforación del tímpano: Puede ser causada por infecciones, traumatismos o cambios bruscos de presión. Una perforación no tratada puede aumentar el riesgo de infecciones recurrentes.
Oído interno
El oído interno es donde las vibraciones sonoras se convierten en señales eléctricas que el cerebro puede interpretar. La cóclea y el nervio auditivo son las estructuras principales en esta región. Los problemas que afectan esta área incluyen:
- Daño en las células ciliadas: Estas células dentro de la cóclea son esenciales para la audición. La exposición prolongada a ruidos fuertes o ciertos medicamentos puede causar su pérdida.
- Pérdida auditiva por envejecimiento (presbiacusia): Afecta principalmente a la cóclea y es una causa común de hipoacusia en adultos mayores. Suele desarrollarse gradualmente, afectando inicialmente las frecuencias altas.
Diagnóstico de la hipoacusia
El diagnóstico es un paso fundamental para entender cómo afecta la audición y qué medidas pueden tomarse para mejorarla.
Para identificar qué parte del oído está afectada, los especialistas en salud auditiva realizan una serie de pruebas cuidadosamente diseñadas para evaluar distintos aspectos de la audición. Entre estas pruebas se encuentra la audiometría, que mide la capacidad de escuchar sonidos en diversas frecuencias, proporcionando información clave sobre el grado de pérdida auditiva.
Otra herramienta esencial es la timpanometría, que permite evaluar la función del oído medio y detectar problemas como la acumulación de líquidos o la rigidez del tímpano, factores que pueden impactar en la transmisión de sonidos.
Además, en algunos casos, se utilizan respuestas auditivas evocadas para analizar la actividad del nervio auditivo y las vías que conectan el oído con el cerebro. Este tipo de pruebas es especialmente útil cuando se trata de diagnosticar hipoacusia en niños pequeños o en personas que no pueden participar activamente en otras evaluaciones.
Todo este proceso no solo asegura un diagnóstico preciso, sino que también brinda tranquilidad al paciente al conocer los pasos necesarios para mejorar su audición.
Un paso hacia una mejor audición
Comprender qué parte del oído afecta la hipoacusia es fundamental para tratarla de manera efectiva. Este conocimiento permite tomar decisiones informadas y adoptar medidas que mejoren la calidad de vida.
En Volver a Escuchar, estamos comprometidos a proporcionar información, recursos y apoyo. Cada caso es único y juntos podemos encontrar la solución adecuada para superar los desafíos de la hipoacusia.
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