Conocer e identificar signos de pérdida auditiva es el primer paso para acceder uno mismo a una mejor calidad de vida, o bien brindar ayuda a quien presenta tal dificultad.
En esta nota te invitamos a conocer algunas de las manifestaciones más comunes de la pérdida de la audición y te asesoramos sobre cómo proceder para obtener atención profesional.
¿Cómo se presenta la pérdida auditiva?
Los signos de pérdida auditiva no son los mismos para todos. En cada caso podemos encontrarnos con diferentes manifestaciones que evidencian una alteración auditiva, según el tipo de hipoacusia, el grado (leve, severa, profunda) y la edad o etapa de desarrollo de la persona.
En efecto, no es lo mismo una pérdida auditiva que se presenta en la tercera edad frente a aquella que puede manifestarse al momento del nacimiento, o de forma súbita durante la vida adulta.
Sin embargo, ciertos signos de pérdida auditiva son comunes en ciertos momentos de la vida de una persona. A continuación, presentamos algunas de las manifestaciones que suelen estar presentes en adultos y en niños.
Signos de pérdida auditiva en adultos
– Dificultad en la comprensión del mensaje o del habla, especialmente en contextos con ruidos, música u otras voces de fondo.
– La persona tiende a subir por encima de los niveles normales el volumen de la música, la radio o la televisión.
– Se tiene la percepción de que los demás hablan de forma poco clara.
– Se confunde las palabras que suenan de modo similar, por presentarse una dificultad para distinguir entre ciertas consonantes como por ejemplo la f, p, s, t.
– Tendencia a pedir que los demás repitan lo dicho, porque no se ha entendido bien.
– Responde de forma inadecuada, evidenciando una alteración auditiva.
– Evita las conversaciones en grupo, actividades sociales o conversaciones telefónicas.
– El escuchar en sí mismo es una actividad que exige esfuerzo para la persona y le produce agotamiento.
Signos de pérdida auditiva en niños
– El infante no se expresa con claridad o da respuestas inadecuadas.
– Habla en tono alto, pide que se le suba el volumen o que se le repita la pregunta.
– Presenta un desfasaje en el desarrollo del lenguaje, en comparación con otros niños de su edad.
– No responde cuando se le llama a la distancia, tampoco voltea hacia la dirección de la voz.
– No se sobresalta ante ruidos fuertes o súbitos.
– Tiende a aislarse y prefiere jugar solo que con otros pares.
¿Has experimentado alguno de estos signos o los has identificado en un familiar?
En ese caso, no dejes de acudir a una consulta con profesionales de la salud auditiva. Ellos son quienes cuentan con los conocimientos y recursos para tratar cada caso de forma particular, gestionar las pruebas objetivas pertinentes y establecer un diagnóstico.
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Nota recomendada: Pérdida auditiva en la tercera edad: tratamiento y salud emocional.